19/12/07

Arquitexturas urbanas (IV)

Arrastro el equipaje recién levantado de la cinta recoge maletas del aeropuerto de Ginebra. Antes de abrirse las puertas que me expulsan del aeródromo leo: Bienvenue a la ville de Genève. Metros más adelante leo: prohibido viajar en tren sin billete, prohibido poner anuncios, prohibido fumar, prohibido estacionar en esta sección. Cuando llego a la Place des Augustines leo: prohibido llevarse el periódico sin pagar, prohibido entrar con animales, prohibido usar el teléfono, prohibido tirar basura después de las diecinueve horas, prohibido entrar con alimentos, prohibido salir sin consumir, prohibido el alcohol a menores de edad, prohibido el uso de drogas en este establecimiento. Entro prohibitivamente a mi edificio y leo: prohibido usar el ascensor más de cuatro personas, prohibido hacer ruido después de las veintidós horas, prohibido estacionar las bicicletas en la entrada, prohibida la publicidad, prohibido equivocarse tres veces a la hora de insertar el código de acceso al edificio, prohibido decir a nadie el mismo. Me dirijo a la Bibliothéque de Genève y leo: prohibido tomar fotos, prohibido poner música, prohibido hablar, prohibido dejar los libros en las estanterías, prohibido el uso del fuego, prohibido llevar a casa ningún bien material, prohibido lo prohibido, prohibido, prohibido, prohibido…


[fragmento del texto Arquitexturas urbanas publicado en la revista digital Narrativas volumen 8, México]

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